15 de noviembre de 2012

Valladolid



Estuvimos hace unos días en Valladolid. Disfrutamos de unas espléndidas vistas sobre la arboleda del Campo Grande, con el otoño en todo su esplendor. Y dedicamos tiempo a visitar algunos de los museos de la ciudad.

Nos encantó el de Escultura, que no habíamos visto después de su acertadísima reforma. Muy grato de ver y sobrecogedor por las maravillosas obras que reúne. Sólo algún reparo ante la sorprendente ausencia de informaciones de tipo religioso, indispensables para apreciar un museo de escultura cuya temática es exclusivamente religiosa...

Con menos medios, pero no con peor resultado, el Museo diocesano y catedralicio contiene asimismo notables manifestaciones artísticas. Al salir, adquirimos allí por dos euros un facsímil de la Cartilla y Doctrina Christiana impresa por la Catedral de Valladolid... ¡en 1751! Al parecer, con este tipo de cartillas se enseñaron durante mucho tiempo tanto los rudimentos de la fe cristiana como el abecedario o la tabla de multiplicar.

Además del AVE,  desde Madrid se puede ir en coche a Valladolid a través de la reciente Autovía de Pinares, pasando por Segovia y Cuéllar. Toda una nueva experiencia de paisajes castellanos, esos en los que el viajero ve siempre mucho más cielo que tierra.

La recomendación es, por tanto, obligada. Para quienes conocemos la ciudad desde hace muchos años, es siempre un gusto volver a ver el perfil de la Antigua de camino hacia la plaza de Santa Cruz. Por cierto, el palacio mendocino ha sido igualmente renovado y en el claustro relucen como nunca los vitores de los doctores honoris causa.