Expongo a continuación unos cuantos latiguillos que menudean en los noticiarios, especialmente en los de la radio.
El más vistoso es el de que las cosas arrancan. Sean las que sean, no sólo artefactos a motor. Arranca la liga, arranca la pegada de carteles, arranca el otoño, arranca el debate sobre el estado de la nación, arranca...
Una vez en marcha, las cosas con frecuencia se interrumpen por un motivo o por otro. Es el momento del segundo latiguillo: el de la tregua y el respiro: mañana el frío nos dará una tregua, hoy la huelga nos dio un respiro, en este verano el calor no nos ha dado una tregua, ayer la oposición dio un respiro al ministro...
Claro que, en ocasiones, todo se va al traste y hay cosas que caen de modo abrupto e inesperado. Llega entonces el tercer latiguillo, el del desplome. No sólo la Bolsa se desploma a menudo, también los termómetros, los partidos tras las votaciones, las audiencias de los medios en las oleadas del EGM, la recaudación tributaria durante la crisis y, aunque sólo de vez en cuando, hasta la prima de riesgo se desploma.
Otros latiguillos desempeñan las funciones que la gramática atribuye a determinados signos de puntuación. Por ejemplo, el punto y aparte es, en el argot informativo, el cambiamos de asunto, latiguillo inmisericorde presente en cualquier noticiario que pretenda una sensación de nervio y agilidad. Incluso a veces se emplea una variante superlativa, el cambiamos radicalmente de asunto cuando el propio locutor repara en lo mal que casan, por ejemplo, la autopsia de la última víctima con la nueva oferta municipal de cuentacuentos.
Continuando con los signos de puntuación, la expresión seguiremos muy pendientes de equivale normalmente al punto final del informativo. En realidad se trata de un nuevo intento de aparentar trepidación, amén de certificar la tensa vigilia de la redacción de informativos.
Sirva la presente de advertencia: o se reducen drásticamente estos latiguillos o este blog se convertirá en el látigo justiciero de quienes tan impunemente los emplean.