21 de mayo de 2012

Edgar Neville en Mayte Commodore




Curioseando acerca de la vida y obra de Edgar Neville me encuentro con un espléndido artículo de Eugenio Suárez del que copio este recuerdo, retrato de toda una época:

"Edgar, además de ser un buen conocedor de la gastronomía tenía un apetito voraz, traducido en una notable obesidad. El exceso de grasas o la causa que fuere dificultaba su respiración, jadeante y entrecortada, y se dormía en cualquier parte. Un grupo variable de amigos, que habitábamos las cercanías, nos reuníamos en el restaurante que Mayte, su propietaria, tenía en la plaza de la República Argentina.

Mayte era una raquera santanderina menuda, guapa, simpática, emprendedora y muy lista. Llegó a Madrid adolescente y desempeñó varios oficios, entre otros de secretaria de algún gran abogado. Con buena mano para la cocina, que le había transmitido su madre, abrió una pequeña casa de comidas, hacia el final de la calle Príncipe de Vergara, y reunió a una buena clientela de hombres (las mujeres aún salían poco solas o por su cuenta), magistrados, diplomáticos, gestores de negocios, famosos doctores, la mayoría jubilados y con buen diente. Un menú corto y bien hecho propició la asiduidad de aquellos varones, viejos lujuriosos que se contentaban con ser servidos por una chica atractiva y siempre sonriente. 

Luego abrió el que estaba en los bajos del hotel Commodoro y allí recalábamos para tomar la última copa y por allí empezó a verse a gentes del teatro y toreros de tronío. Edgar Neville era uno de los asiduos, pero al segundo whisky se quedaba roque. Los parroquianos abandonábamos el local, formándose cierta algarabía cerca de la puerta, y cuando su acompañante, Conchita o persona amiga, le sacudió los hombros con la advertencia «Vamos, Edgar. Aquí no se puede dormir», contestó con sorna balbuceante: «Y que lo digas; con el ruido que armáis...»"



2 comentarios:

  1. Anónimo1/6/12, 7:31

    Creo que hace un par de semanas se representó una obra de Neville en el Colegio del Pilar, por parte de un grupo de teatro de antiguos alumnos que cada año preparan y estrenan una obra. Por cierto, Neville también fue "pilarista"

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  2. Estuve en esa representación en el Colegio del Pilar. Es un grupo muy bueno, ya he asistido alguna otra vez y merece la pena. No sabía que Neville hubiera estudiado allí.

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